2

Hay quien odia la lluvia y corre hacia los porches en cuanto las primeras gotas besan el suelo, renegando del agua que moja sus abrigos y arruga sus papeles -fotocopias de otras copias, ya que los hombres han dejado de escribir-. Y en lugar de admirar lo maravilloso de la naturaleza y dejar correr el agua entre sus manos, atraviesan encogidos y malhumorados la ciudad, como si acaso lo que cae del cielo no fuese una bendición.

1 comentario:

eLiSa FiSSoRe dijo...

Si ... lo se por eso me llamo tanto la atencion ! beso