De la Hoya



Hace un segundo ni sabia donde estaba, flotaba en el aire y los musculos parecia que se separaban de su cuerpo. Miles de neuronas se apagaban despues de aquel derechazo, hartas de su estilo de vida. Ahora, en el suelo, dando la espalda a Don King, se reconocia vencido, victima de lo inevitable.

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