Balando como las ovejas no se consigue nada, ayer, que se me hace tan remoto como el siglo diecinueve me despedí con un hasta luego cuyo eco sonaba “hasta siempre”, y hoy, no paro de quejarme, rumiando como un bovino nuestros recuerdos.

Sin ti, me siento como una oveja descarriada sin rebaño, indefenso hacia un mundo hostil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo dicho, una puta oveja