A partir de 1938, sobre todo por su rechazo de los crueles eventos contra los judíos en la "Reichskristallnacht" en Alemania, von Stauffenberg se fue distanciando primero paulatinamente y al final abiertamente del nacionalsocialismo. La ideología y práctica hitleriana del exterminio sistemático de ciertas minorías, sobre todo la de los judíos, le convirtió en enemigo acérrimo de Hitler. A finales de 1942 alguien le preguntó qué hacer con Hitler. El contestó: "¡Matarle!".[1] Como militar profesional también sabía ya en 1941 que las estrategias militares aplicadas por Hitler como comandante en jefe en Rusia tenían que terminar catastróficamente. Sin suficientes medios ni tropas, Hitler decidió mantener un frente de miles de kilómetros en la Unión Sovietica desde el Mar Negro en el Sur hasta el Mar Báltico en el Norte, aún en contra de la opinión de sus generales, que le recomendaron concentrar sus tropas sobre todo en la conquista de Moscú, donde Stalin se vería obligado a luchar contra las tropas alemanas entonces aún superiores. Además Hitler pensaba terminar su campaña al estilo "Blitzkrieg" (similar al que condujo en Francia) antes del comienzo del invierno de 1941 y no tenía a sus tropas equipadas con ropa y el material adecuado para las temperaturas extremas de un invierno ruso. La estrategia hitleriana permitiría a los soviéticos atacar con fuerzas superiores en donde más les convenía. La primera y más conocida consecuencia fue la por los alemanes desastrosa batalla de Stalingrado en el sur del frente a finales de 1942.
En septiembre de 1943, una vez recuperado de sus gravísimas heridas, con ayuda de su amigo y también conspirador teniente general Henning von Tresckow volvió al servicio activo en Berlín bajo el mando del general Friedrich Olbricht en el OKW (Oberkommando der Wehrmacht) en la calle Bendler (hoy Stauffenbergstrasse) en Berlin. Olbricht era miembro del comité de resistencia que estaba perfilando un plan para dar muerte a Hitler. El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg fue asignado a la jefatura del estado mayor del general Fromm, a cargo de la reserva de la Wehrmacht, también situada en la Bendlerstrasse de Berlín.
Stauffenberg, ahora nombrado coronel i.G. ( "im Generalstab" ) con 36 años de edad, bajo el nuevo cargo de jefe de las reservas de la Wehrmacht (Ersatzheer), tenía acceso directo a las reuniones del comité de planificación de las operaciones que el mismo Hitler encabezaba. Este hecho le permitía reunirse con regularidad con el "Führer".
El plan de Olbricht era adaptar el llamado Plan Walkiria para los fines de la resistencia y tenía entrelazados a entre 200 y 500 implicados en diferentes estratos de la sociedad alemana, militares de la Wehrmacht e incluso de la sección de inteligencia y contraespionaje liderada por el almirante Wilhelm Canaris.
El plan Walkiria había sido ideado inicialmente por el SS Reinhard Heydrich para mantener el control del Reich en manos del Führer, en caso de que la seguridad y estabilidad del régimen se viera comprometida por un levantamiento; paradójicamente este mismo plan Olbricht quería utilizarlo para eliminar el régimen nazi.
Paralelamente, sobre todo entre miembros de la aristocracia prusiana, la mayoría luteranos practicantes se había constituido un círculo secreto llamado Círculo de Kreisau; consideraban que Hitler estaba llevando a Alemania a la ruina moral y material, por lo que debía ser eliminado (pero no matado). Este círculo era la parte civil de la conspiración y estaba liderado por el conde Helmuth von Moltke, Peter Yorck von Wartenburg, Adam von Trott zu Solz, Hans Bernd von Haeften, Fabian von Schlabrendorff, el alcalde conservador de Leipzig Carl Goerdeler y el hermano de Claus, Berthold von Stauffenberg, entre otros.
La parte militar estaba al principio a partir de 1942 encabezada por el coronel von Tresckow y a partir del 1 de septiembre de 1943 por von Stauffenberg. Stauffenberg tenía el apoyo del mariscal retirado Erwin von Witzleben, del general Ludwig Beck y la ayuda activa del general Olbricht. El general Fromm no había dado explícitamente su apoyo incondicional al movimiento, pero había participado en la confección del listado de un nuevo gobierno y sabía en detalle de las actividades de von Stauffenberg. La actitud de Fromm de cara a los conspiradores fue ambivalente desde el principio hasta el final.
El plan consistía en eliminar en el mismo atentado a Hitler, Hermann Göring y Heinrich Himmler. Luego, en Berlín, Fromm debía neutralizar a las SS con el ejército de reserva y Stauffenberg ganar y organizar el apoyo activo de la Wehrmacht en toda Europa. En Francia, el General Stülpnagel debía neutralizar a los Gauleiter y SD y cortar las comunicaciones con Berlín.
El Comandante Szokoll y el Coronel Heinrich Cordé debían neutralizar los edificios de la Gestapo (Geheime Staatspolizei = policía secreta) y de la policía en Viena. Posteriormente se instalaría un gobierno provisional que intentaría firmar la paz con los aliados y poner fin a la guerra.
Según parece, una minoria de los implicados estaban próximos al plan de restauración monárquica en Alemania con el retorno de la casa de Hohenzollern[cita requerida]. La futura forma del estado aleman se dejaba abierta.
En total participaban unos 200 implicados directos y unos 300 indirectamente.
Después de varios intentos de atentados frustrados a partir de marzo 1943, ideados primero por el Teniente General Tresckow y a partir del primero de septiembre de 1943 por von Stauffenberg, éste en diciembre de 1943 se ofreció para ejecutar personalmente un atentado suicida. Sus compañeros de conspiración le convencieron de no actuar por la necesidad de su presencia en Berlín después de la muerte de Hitler y por su presunta incapacidad física para activar la bomba. Es esa misma condición de inválido la que le ayudaría el veinte de julio de 1944 a llegar con la bomba hasta la mesa de Hitler.
Pero muchos meses antes, en marzo de 1943 el Teniente General Tresckow y el teniente Schlabrendorff consiguieron meter una bomba en el avión de Hitler. La bomba no explotó. Dos semanas más tarde von Gersdorff intentó matar a Hitler con una bomba en una exposición de armas conquistadas sovieticas en Berlín. En noviembre de 1943, ya organizado por von Stauffenberg, el joven capitán Axel von dem Bussche hizo un primer intento frustrado de atentado suicida en la Wolfsschanze. Von Stauffenberg preveía un segundo intento de von dem Bussche para febrero de 1944, pero el 29 de enero de ese año von dem Bussche fue herido gravemente. El Teniente von Kleist intentó ejecutar el plan de von dem Bussche el 11 de febrero de 1944, pero tampoco llegó cerca de Hitler. El capitán von Breitenbuch quiso matar a Hitler en mayo de 1944 con su pistola en el refugio de Hitler en los Alpes llamado Berghof cerca de Berchtesgaden, pero la SS no dejó ese día pasar ayudantes a la sala de la reunión.
El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg, como miembro del Estado Mayor del Ejército, obtuvo una nueva misión que le permitía asistir a las reuniones con Hitler casi cada semana. Al arrepentirse el General Stieff de detonar una bomba contra Hitler en el palacio de Klessheim cerca de Salzburgo, el 7 de julio de 1944, von Stauffenberg y von Tresckow decidieron que fuera el mismo von Stauffenberg quien pusiese la bomba y no delegar el cometido en nadie más. Debido a su imprescindible presencia en Berlín para organizar el levantamiento del ejército posteriormente a la muerte de Hitler, von Stauffenberg tenía que sobrevivir al atentado y presentarse lo antes posible en el "Bendlerblock " ( hoy en la Stauffenbergstrasse ) de Berlín. A partir de entonces Stauffenberg tuvo siempre el maletín con la bomba consigo en las reuniones que mantuvo en varias ocasiones con Hitler. Pero nunca encontró la ocasión en que Hitler, Himmler y Göring estuviesen juntos. Su intención era matar los tres simultaneamente para evitar así la posibilidad de una continuación legítima del régimen nazi. El 15 de julio de 1944 se decidió a eliminar a Hitler de cualquier forma en la próxima ocasión que se le presentara.
Por fin, aprovechando que el 20 de julio 1944 se iba a celebrar una reunión del alto mando en el cuartel general de Hitler, llamado "Wolfsschanze" y situado cerca de Rastenburg en el este de Prusia (hoy, Ketrzyn-Polonia), von Stauffenberg y su ayudante, el teniente von Haeften, llegaron desde Berlin-Rangsdorf a las 10 de la mañana al cuartel general de la Wolfsschanze en un avión tipo Junkers Ju 52.
Von Stauffenberg portaba un maletín, con un explosivo especial inglés de un kilogramo que se activaba mediante un detonador químico absolutamente silencioso. Von Haeften llevaba otra bomba idéntica. Hitler adelantó la reunión 30 minutos, ya que sobre la una y media debía recibir al Duce Mussolini.
Antes de entrar en la sala de la reunión, von Stauffenberg, con la excusa de cambiarse la camisa, se fue con von Haeften a una habitación cercana para activar lo más rápidamente posible las dos bombas. Con mucha dificultad debido a su única mano, además la izquierda y con solo tres dedos, rompió la cápsula de vidrio del detonador químico de su bomba con un alicate especial diseñado para sus tres dedos y activó el primer explosivo en su maletín. No tuvo tiempo de activar el segundo explosivo, en posesión de von Haeften, debido a la entrada de un suboficial a la habitación donde supuestamente solo se estaba cambiando de camisa, apremiándole a volver a entrar de inmediato en la reunión. Von Haeften llevó la segunda bomba no activada en su maletín a un bunker antiaéreo cercano. El dispositivo químico haría detonar la primera bomba en el maletín de von Stauffenberg en aproximadamente diez minutos.
Como el lugar del atentado estaba inicialmente previsto en el búnker subterráneo de Hitler, pero miembros de la Organización Todt estaban trabajando allí y se decidió realizar la reunión en el galpón en la superficie de Albert Speer, una casa principalmente de madera, que contaba con varios ventanales y una gran y pesada mesa de roble.
A la reunión asistieron veintitrés personas, además de Hitler y von Stauffenberg. El ambiente era caluroso, por lo que se ordenó abrir las ventanas. Empieza la reunión.
Von Stauffenberg llega con algo de retraso, se excusa con un gesto y se sitúa tan cerca de Hitler como le es posible, supuestamente esperando su turno para exponer la situación en el Frente Oriental. Hitler ocupa la parte central de la mesa mirando hacia el exterior, Stauffenberg se sitúa a su derecha, apenas a metro y medio de Hitler.
Después de pocos minutos Stauffenberg coloca el maletín con la bomba debajo de la mesa muy cerca del lugar donde se encuentra Hitler y se retira discretamente pretextando una llamada telefónica urgente desde Berlín. Tiene apenas tres minutos antes de explotar.
Después de abandonar von Stauffenberg la sala uno de los asistentes chocó con el pie accidentalmente el maletín y lo apartó, colocándolo junto a una de las patas gruesas de la mesa en el lado más alejado de Hitler. La reunión continuó.
Dos minutos y medio después, a las 12.14 horas, el artefacto explotó. Hitler, que estaba agachado sobre un mapa del frente ruso colocado encima la gruesa mesa, ve de súbito que ésta sube y le golpea en el rostro. La explosión es violenta y deja a cuatro muertos y a otras personas malheridas. Como la habitación estaba con las ventanas abiertas, la fuerza de la explosión se dispersó. Especialistas en explosivos aseguran que si la reunión hubiera tenido lugar en el sótano, cuyas paredes habrían retenido la onda expansiva, todos los presentes habrían muerto; y si von Stauffenberg hubiese metido la segunda bomba que llevaba von Haeften en su maletín, aún sin manipular, nadie en el barracón hubiese sobrevivido.
Von Stauffenberg y von Haeften presenciaron de lejos la explosión y creyeron, sin posibilidad de comprobar los resultados, que ni Hitler ni nadie podía haber sobrevivido. Partieron apresuradamente al aeródromo, y von Haeften se deshizo de la segunda bomba arrojándola por la ventana del coche. Consiguieron con sangre fría pasar los puestos de guardia y se hicieron llevar con su avión a Berlín. El conspirador General Fellgiebel en la Wolfschanze comunicaba la palabra "Walkiria" a Berlin, como señal de que el atentado había tenido éxito, para que otros implicados en Berlín tomasen las decisiones acordadas para asumir el control del Estado.
Hitler salvó la vida al recibir la explosión indirectamente pues había quedado protegido por la gruesa pata y la sólida tabla de la mesa de encina, que se deshizo en astillas que quedaron clavadas en una pierna, sufriendo sólo magulladuras ligeras en su brazo y en el lado izquierdo de su rostro.
Se pensó en un primer momento que el lugar había sido bombardeado, pero no había información de aviones enemigos sobrevolando el área; con el pasar de los minutos, la idea de un atentado fue tomando forma, la ausencia de Stauffenberg levantó sospechas. Al borde del camino hacia el aeródromo se encontró el maletín con la segunda bomba, que fue reconocido como igual al que portaba la explosionada.
Von Stauffenberg, en pleno vuelo a Berlín, daba por hecho la muerte de Hitler sin sospechar lo realmente ocurrido. Al llegar a la Bendlerstrasse, alrededor de las 16.30 horas, se dio cuenta de que el plan de toma de poder no se había iniciado apenas. El ejército de reserva no había salido de los cuarteles.
Mientras tanto, Martin Bormann es el primero en explicarse exactamente lo ocurrido e informa a Hitler de que el secretario de guardia había visto salir a Stauffenberg después de la explosión y alejarse apresuradamente del lugar.
De este modo Stauffenberg se convirtió en el sospechoso principal de Himmler y de Kaltenbrunner, que ya se acercaba desde Berlin.
Una vez llegado von Stauffenberg, los implicados se movilizaron para efectuar el golpe. Alrededor de las 18 horas las cosas no parecían ir mal para los conspiradores, cuando el General Fromm, comandante en jefe del Comando de Reemplazo, que conocía del plan y tenía por misión desmovilizar los SS, escuchó por una conversación telefónica con el cuartel general de la Wolfsschanze que Hitler se había salvado. Fromm, fríamente, a partir de este momento asumió el papel de leal seguidor de Hitler y se negó a continuar con el golpe. Von Stauffenberg y otros oficiales lo arrestaron. Mientras tanto Goebbels hizo que el Mayor Remer, que iba a detenerle en su despacho, escuchase la voz de Hitler por teléfono, quien le ordenó desmovilizar a los reservistas y telefónicamente le dio el grado de Coronel. Más tarde el General Guderian acudió con sus tanques y tomó Berlín. El Golpe de Estado se desbarató.
Sobre las 11 de la noche, Fromm se liberó de su arresto y detuvo a los sorprendidos von Stauffenberg y los demás conspiradores. Él mismo condenó a muerte al Coronel Claus von Stauffenberg, al Teniente Heinrich von Haeften, al General Olbricht y al Coronel Albrecht Mertz von Quirnheim, los cabecillas de la operación. Al General Beck, Fromm le dio ocasión de suicidarse.
Fromm avisó a Himmler escuetamente por teléfono y colgó. Luego sacó a los cuatro condenados al patio de estacionamiento y mandó que fuesen ejecutados unos minutos después de la medianoche del 20 de julio. Lo hizo antes de que llegaran las SS, sumariamente y sin tribunal. Esta decisión la tomó Fromm para que los conspiradores no declararan en su contra y así poder salvarse.
En primer lugar fusilaron al General Olbricht. Como segundo le tocaba el turno a Stauffenberg, pero, cuando estaban a punto de disparar, el Teniente von Haeften se lanzó delante de Stauffenberg recibiendo las balas destinadas a su jefe. Las últimas palabras gritadas por Stauffenberg segundos antes de morir como tercero fueron: Larga vida para la Sagrada Alemania (Es Lebe die heiliges Deustchland!). Mertz von Quirnheim murió en último lugar.
Himmler llegó algunas horas más tarde y, al dar cuenta Fromm de lo acontecido, le respondió exponiéndole lo (sospechosamente) apurado que estaba por ejecutarlos. Esto lo implicaría.
Por instrucciones de Fromm, Stauffenberg y los demás fusilados fueron enterrados honorablemente con todas sus medallas poco tiempo después del fusilamento en un cementerio cercano. Pero Hitler, sediento de venganza, descubrió más tarde la implicación de Fromm y le hizo ejecutar en abril de 1945. También hizo desenterrar los cadáveres de Stauffenberg y los conspiradores quitándoles las medallas y haciéndoles incinerar. Se registró Bendlerstrasse y en una caja de seguridad de Fromm se encontró una lista de los conspiradores, con los papeles que asumirían en el gobierno provisional. La cacería de culpables empezó esa misma noche. El destino de éstos iba a ser terrible.
Los otros implicados, como Berthold Graf Schenk von Stauffenberg, figura central del complot, fueron sentenciados por un tribunal especial llamado "Tribunal del Pueblo" (Volksgerichtshof) a cargo del juez Freisler y ejecutados en la Prisión de Plötzensee por estrangulamiento lento con cuerdas de piano; junto con Berthold von Stauffenberg fueron ejecutados otros ocho implicados; además se detuvo al General von Kluge, a Albrecht Haushofer, al Almirante Canaris y a otros militares de relevancia. Los ahorcamientos fueron filmados y fotografiados para ser presentados a Hitler. (Hitler se negó a ver el film, este aún existe y está considerado como inaceptable para ser divulgado por los horrores que allí se exhiben).
Su antiguo superior en Africa, el Mariscal de campo Rommel, quien sabía del complot pero no participó, fue inducido al suicidio. En las dos semanas siguientes del 20 de Julio de 1944 murieron unas 200 personas directamente implicadas. Más de 5.648 personas fueron ejecutadas los meses siguientes por las SS. En un listado encontrada en la caja de seguridad del General Fromm en su oficina de la calle Bendlerstrasse, se encontró el nombre de Speer, con la indicación en manuscrito al lado de su nombre de: "¿Si fuese posible?" Esta simple anotación salvó a Speer.
De todos los intentos de atentados contra Hitler, el del 20 de Julio de 1944 es el que estuvo más cerca de lograr su objetivo.
Pero no solamente la familia de Claus von Stauffenberg, su esposa y sus hijos, sino todos los miembros del clan Stauffenberg, unas cincuenta personas fueron arrestados por las SS y metidos en diferentes cárceles y campos de concentración. Ordenada su ejecución sumaria, sin embargo, estando al final del sitio de Berlín en mayo de 1945, los SS no ejecutaron la orden y algunos de los Stauffenberg se entregaron a un comando británico en el Norte de Italia.
Claus von Stauffenberg estaba casado desde 1933 con la Baronessa Nina (Freiin) von Lerchenfeld. Tenían cinco hijos: Berthold, Heimeran, Franz-Ludwig, Valerie y Konstanze.
El mayor de ellos, Berthold, llegó a mayor general en 1994, después de 38 años de servicio en la Bundeswehr alemán. Berthold von Stauffenberg declaró en 2007, respecto de su padre:
-"Tenía 10 años cuando perdí a mi padre, por tanto lo conocí muy poco. Mi madre estaba encinta de su quinto hijo al momento de ser detenida por la Gestapo. Ella admiraba mucho a mi padre..."[2]
Berthold von Stauffenberg -"Fui a dar a un orfanato, hasta junio de 1945 y entonces me reencontré con mi madre en la cárcel de Ravensbruck."[3]
Berthold von Stauffenberg -"Mi padre hizo algo muy valiente y positivo...porque no todos los alemanes eran nazis".[4]
Berthold von Stauffenberg Inicialmente, es decir después de la segunda guerra mundial y en consonancia con la propaganda nazi la acción de Claus von Stauffenberg fue considerada un acto de traición por la mayoría de la población alemana, pero con el correr del tiempo y el intento de atentado colocado en su contexto en la historia, se le ha dado categoría de héroe en la lucha por la liberación del criminal régimen nazi, llevando actualmente su apellido la antigua calle "Bendler" de Berlín.
6 comentarios:
EL PLAN:
A partir de 1938, sobre todo por su rechazo de los crueles eventos contra los judíos en la "Reichskristallnacht" en Alemania, von Stauffenberg se fue distanciando primero paulatinamente y al final abiertamente del nacionalsocialismo. La ideología y práctica hitleriana del exterminio sistemático de ciertas minorías, sobre todo la de los judíos, le convirtió en enemigo acérrimo de Hitler. A finales de 1942 alguien le preguntó qué hacer con Hitler. El contestó: "¡Matarle!".[1] Como militar profesional también sabía ya en 1941 que las estrategias militares aplicadas por Hitler como comandante en jefe en Rusia tenían que terminar catastróficamente. Sin suficientes medios ni tropas, Hitler decidió mantener un frente de miles de kilómetros en la Unión Sovietica desde el Mar Negro en el Sur hasta el Mar Báltico en el Norte, aún en contra de la opinión de sus generales, que le recomendaron concentrar sus tropas sobre todo en la conquista de Moscú, donde Stalin se vería obligado a luchar contra las tropas alemanas entonces aún superiores. Además Hitler pensaba terminar su campaña al estilo "Blitzkrieg" (similar al que condujo en Francia) antes del comienzo del invierno de 1941 y no tenía a sus tropas equipadas con ropa y el material adecuado para las temperaturas extremas de un invierno ruso. La estrategia hitleriana permitiría a los soviéticos atacar con fuerzas superiores en donde más les convenía. La primera y más conocida consecuencia fue la por los alemanes desastrosa batalla de Stalingrado en el sur del frente a finales de 1942.
En septiembre de 1943, una vez recuperado de sus gravísimas heridas, con ayuda de su amigo y también conspirador teniente general Henning von Tresckow volvió al servicio activo en Berlín bajo el mando del general Friedrich Olbricht en el OKW (Oberkommando der Wehrmacht) en la calle Bendler (hoy Stauffenbergstrasse) en Berlin. Olbricht era miembro del comité de resistencia que estaba perfilando un plan para dar muerte a Hitler. El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg fue asignado a la jefatura del estado mayor del general Fromm, a cargo de la reserva de la Wehrmacht, también situada en la Bendlerstrasse de Berlín.
Stauffenberg, ahora nombrado coronel i.G. ( "im Generalstab" ) con 36 años de edad, bajo el nuevo cargo de jefe de las reservas de la Wehrmacht (Ersatzheer), tenía acceso directo a las reuniones del comité de planificación de las operaciones que el mismo Hitler encabezaba. Este hecho le permitía reunirse con regularidad con el "Führer".
El plan de Olbricht era adaptar el llamado Plan Walkiria para los fines de la resistencia y tenía entrelazados a entre 200 y 500 implicados en diferentes estratos de la sociedad alemana, militares de la Wehrmacht e incluso de la sección de inteligencia y contraespionaje liderada por el almirante Wilhelm Canaris.
El plan Walkiria había sido ideado inicialmente por el SS Reinhard Heydrich para mantener el control del Reich en manos del Führer, en caso de que la seguridad y estabilidad del régimen se viera comprometida por un levantamiento; paradójicamente este mismo plan Olbricht quería utilizarlo para eliminar el régimen nazi.
Paralelamente, sobre todo entre miembros de la aristocracia prusiana, la mayoría luteranos practicantes se había constituido un círculo secreto llamado Círculo de Kreisau; consideraban que Hitler estaba llevando a Alemania a la ruina moral y material, por lo que debía ser eliminado (pero no matado). Este círculo era la parte civil de la conspiración y estaba liderado por el conde Helmuth von Moltke, Peter Yorck von Wartenburg, Adam von Trott zu Solz, Hans Bernd von Haeften, Fabian von Schlabrendorff, el alcalde conservador de Leipzig Carl Goerdeler y el hermano de Claus, Berthold von Stauffenberg, entre otros.
La parte militar estaba al principio a partir de 1942 encabezada por el coronel von Tresckow y a partir del 1 de septiembre de 1943 por von Stauffenberg. Stauffenberg tenía el apoyo del mariscal retirado Erwin von Witzleben, del general Ludwig Beck y la ayuda activa del general Olbricht. El general Fromm no había dado explícitamente su apoyo incondicional al movimiento, pero había participado en la confección del listado de un nuevo gobierno y sabía en detalle de las actividades de von Stauffenberg. La actitud de Fromm de cara a los conspiradores fue ambivalente desde el principio hasta el final.
El plan consistía en eliminar en el mismo atentado a Hitler, Hermann Göring y Heinrich Himmler. Luego, en Berlín, Fromm debía neutralizar a las SS con el ejército de reserva y Stauffenberg ganar y organizar el apoyo activo de la Wehrmacht en toda Europa. En Francia, el General Stülpnagel debía neutralizar a los Gauleiter y SD y cortar las comunicaciones con Berlín.
El Comandante Szokoll y el Coronel Heinrich Cordé debían neutralizar los edificios de la Gestapo (Geheime Staatspolizei = policía secreta) y de la policía en Viena. Posteriormente se instalaría un gobierno provisional que intentaría firmar la paz con los aliados y poner fin a la guerra.
Según parece, una minoria de los implicados estaban próximos al plan de restauración monárquica en Alemania con el retorno de la casa de Hohenzollern[cita requerida]. La futura forma del estado aleman se dejaba abierta.
En total participaban unos 200 implicados directos y unos 300 indirectamente.
Intentos anteriores al 20 de julio de 1944:
Después de varios intentos de atentados frustrados a partir de marzo 1943, ideados primero por el Teniente General Tresckow y a partir del primero de septiembre de 1943 por von Stauffenberg, éste en diciembre de 1943 se ofreció para ejecutar personalmente un atentado suicida. Sus compañeros de conspiración le convencieron de no actuar por la necesidad de su presencia en Berlín después de la muerte de Hitler y por su presunta incapacidad física para activar la bomba. Es esa misma condición de inválido la que le ayudaría el veinte de julio de 1944 a llegar con la bomba hasta la mesa de Hitler.
Pero muchos meses antes, en marzo de 1943 el Teniente General Tresckow y el teniente Schlabrendorff consiguieron meter una bomba en el avión de Hitler. La bomba no explotó. Dos semanas más tarde von Gersdorff intentó matar a Hitler con una bomba en una exposición de armas conquistadas sovieticas en Berlín. En noviembre de 1943, ya organizado por von Stauffenberg, el joven capitán Axel von dem Bussche hizo un primer intento frustrado de atentado suicida en la Wolfsschanze. Von Stauffenberg preveía un segundo intento de von dem Bussche para febrero de 1944, pero el 29 de enero de ese año von dem Bussche fue herido gravemente. El Teniente von Kleist intentó ejecutar el plan de von dem Bussche el 11 de febrero de 1944, pero tampoco llegó cerca de Hitler. El capitán von Breitenbuch quiso matar a Hitler en mayo de 1944 con su pistola en el refugio de Hitler en los Alpes llamado Berghof cerca de Berchtesgaden, pero la SS no dejó ese día pasar ayudantes a la sala de la reunión.
El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg, como miembro del Estado Mayor del Ejército, obtuvo una nueva misión que le permitía asistir a las reuniones con Hitler casi cada semana. Al arrepentirse el General Stieff de detonar una bomba contra Hitler en el palacio de Klessheim cerca de Salzburgo, el 7 de julio de 1944, von Stauffenberg y von Tresckow decidieron que fuera el mismo von Stauffenberg quien pusiese la bomba y no delegar el cometido en nadie más. Debido a su imprescindible presencia en Berlín para organizar el levantamiento del ejército posteriormente a la muerte de Hitler, von Stauffenberg tenía que sobrevivir al atentado y presentarse lo antes posible en el "Bendlerblock " ( hoy en la Stauffenbergstrasse ) de Berlín. A partir de entonces Stauffenberg tuvo siempre el maletín con la bomba consigo en las reuniones que mantuvo en varias ocasiones con Hitler. Pero nunca encontró la ocasión en que Hitler, Himmler y Göring estuviesen juntos. Su intención era matar los tres simultaneamente para evitar así la posibilidad de una continuación legítima del régimen nazi. El 15 de julio de 1944 se decidió a eliminar a Hitler de cualquier forma en la próxima ocasión que se le presentara.
20 de julio de 1944
Por fin, aprovechando que el 20 de julio 1944 se iba a celebrar una reunión del alto mando en el cuartel general de Hitler, llamado "Wolfsschanze" y situado cerca de Rastenburg en el este de Prusia (hoy, Ketrzyn-Polonia), von Stauffenberg y su ayudante, el teniente von Haeften, llegaron desde Berlin-Rangsdorf a las 10 de la mañana al cuartel general de la Wolfsschanze en un avión tipo Junkers Ju 52.
Von Stauffenberg portaba un maletín, con un explosivo especial inglés de un kilogramo que se activaba mediante un detonador químico absolutamente silencioso. Von Haeften llevaba otra bomba idéntica. Hitler adelantó la reunión 30 minutos, ya que sobre la una y media debía recibir al Duce Mussolini.
Antes de entrar en la sala de la reunión, von Stauffenberg, con la excusa de cambiarse la camisa, se fue con von Haeften a una habitación cercana para activar lo más rápidamente posible las dos bombas. Con mucha dificultad debido a su única mano, además la izquierda y con solo tres dedos, rompió la cápsula de vidrio del detonador químico de su bomba con un alicate especial diseñado para sus tres dedos y activó el primer explosivo en su maletín. No tuvo tiempo de activar el segundo explosivo, en posesión de von Haeften, debido a la entrada de un suboficial a la habitación donde supuestamente solo se estaba cambiando de camisa, apremiándole a volver a entrar de inmediato en la reunión. Von Haeften llevó la segunda bomba no activada en su maletín a un bunker antiaéreo cercano. El dispositivo químico haría detonar la primera bomba en el maletín de von Stauffenberg en aproximadamente diez minutos.
Como el lugar del atentado estaba inicialmente previsto en el búnker subterráneo de Hitler, pero miembros de la Organización Todt estaban trabajando allí y se decidió realizar la reunión en el galpón en la superficie de Albert Speer, una casa principalmente de madera, que contaba con varios ventanales y una gran y pesada mesa de roble.
A la reunión asistieron veintitrés personas, además de Hitler y von Stauffenberg. El ambiente era caluroso, por lo que se ordenó abrir las ventanas. Empieza la reunión.
Von Stauffenberg llega con algo de retraso, se excusa con un gesto y se sitúa tan cerca de Hitler como le es posible, supuestamente esperando su turno para exponer la situación en el Frente Oriental. Hitler ocupa la parte central de la mesa mirando hacia el exterior, Stauffenberg se sitúa a su derecha, apenas a metro y medio de Hitler.
Después de pocos minutos Stauffenberg coloca el maletín con la bomba debajo de la mesa muy cerca del lugar donde se encuentra Hitler y se retira discretamente pretextando una llamada telefónica urgente desde Berlín. Tiene apenas tres minutos antes de explotar.
Después de abandonar von Stauffenberg la sala uno de los asistentes chocó con el pie accidentalmente el maletín y lo apartó, colocándolo junto a una de las patas gruesas de la mesa en el lado más alejado de Hitler. La reunión continuó.
Dos minutos y medio después, a las 12.14 horas, el artefacto explotó. Hitler, que estaba agachado sobre un mapa del frente ruso colocado encima la gruesa mesa, ve de súbito que ésta sube y le golpea en el rostro. La explosión es violenta y deja a cuatro muertos y a otras personas malheridas. Como la habitación estaba con las ventanas abiertas, la fuerza de la explosión se dispersó. Especialistas en explosivos aseguran que si la reunión hubiera tenido lugar en el sótano, cuyas paredes habrían retenido la onda expansiva, todos los presentes habrían muerto; y si von Stauffenberg hubiese metido la segunda bomba que llevaba von Haeften en su maletín, aún sin manipular, nadie en el barracón hubiese sobrevivido.
Von Stauffenberg y von Haeften presenciaron de lejos la explosión y creyeron, sin posibilidad de comprobar los resultados, que ni Hitler ni nadie podía haber sobrevivido. Partieron apresuradamente al aeródromo, y von Haeften se deshizo de la segunda bomba arrojándola por la ventana del coche. Consiguieron con sangre fría pasar los puestos de guardia y se hicieron llevar con su avión a Berlín. El conspirador General Fellgiebel en la Wolfschanze comunicaba la palabra "Walkiria" a Berlin, como señal de que el atentado había tenido éxito, para que otros implicados en Berlín tomasen las decisiones acordadas para asumir el control del Estado.
Hitler salvó la vida al recibir la explosión indirectamente pues había quedado protegido por la gruesa pata y la sólida tabla de la mesa de encina, que se deshizo en astillas que quedaron clavadas en una pierna, sufriendo sólo magulladuras ligeras en su brazo y en el lado izquierdo de su rostro.
Se pensó en un primer momento que el lugar había sido bombardeado, pero no había información de aviones enemigos sobrevolando el área; con el pasar de los minutos, la idea de un atentado fue tomando forma, la ausencia de Stauffenberg levantó sospechas. Al borde del camino hacia el aeródromo se encontró el maletín con la segunda bomba, que fue reconocido como igual al que portaba la explosionada.
Von Stauffenberg, en pleno vuelo a Berlín, daba por hecho la muerte de Hitler sin sospechar lo realmente ocurrido. Al llegar a la Bendlerstrasse, alrededor de las 16.30 horas, se dio cuenta de que el plan de toma de poder no se había iniciado apenas. El ejército de reserva no había salido de los cuarteles.
Mientras tanto, Martin Bormann es el primero en explicarse exactamente lo ocurrido e informa a Hitler de que el secretario de guardia había visto salir a Stauffenberg después de la explosión y alejarse apresuradamente del lugar.
De este modo Stauffenberg se convirtió en el sospechoso principal de Himmler y de Kaltenbrunner, que ya se acercaba desde Berlin.
Fracaso del golpe y muerte de Stauffenberg
Una vez llegado von Stauffenberg, los implicados se movilizaron para efectuar el golpe. Alrededor de las 18 horas las cosas no parecían ir mal para los conspiradores, cuando el General Fromm, comandante en jefe del Comando de Reemplazo, que conocía del plan y tenía por misión desmovilizar los SS, escuchó por una conversación telefónica con el cuartel general de la Wolfsschanze que Hitler se había salvado. Fromm, fríamente, a partir de este momento asumió el papel de leal seguidor de Hitler y se negó a continuar con el golpe. Von Stauffenberg y otros oficiales lo arrestaron. Mientras tanto Goebbels hizo que el Mayor Remer, que iba a detenerle en su despacho, escuchase la voz de Hitler por teléfono, quien le ordenó desmovilizar a los reservistas y telefónicamente le dio el grado de Coronel. Más tarde el General Guderian acudió con sus tanques y tomó Berlín. El Golpe de Estado se desbarató.
Sobre las 11 de la noche, Fromm se liberó de su arresto y detuvo a los sorprendidos von Stauffenberg y los demás conspiradores. Él mismo condenó a muerte al Coronel Claus von Stauffenberg, al Teniente Heinrich von Haeften, al General Olbricht y al Coronel Albrecht Mertz von Quirnheim, los cabecillas de la operación. Al General Beck, Fromm le dio ocasión de suicidarse.
Fromm avisó a Himmler escuetamente por teléfono y colgó. Luego sacó a los cuatro condenados al patio de estacionamiento y mandó que fuesen ejecutados unos minutos después de la medianoche del 20 de julio. Lo hizo antes de que llegaran las SS, sumariamente y sin tribunal. Esta decisión la tomó Fromm para que los conspiradores no declararan en su contra y así poder salvarse.
En primer lugar fusilaron al General Olbricht. Como segundo le tocaba el turno a Stauffenberg, pero, cuando estaban a punto de disparar, el Teniente von Haeften se lanzó delante de Stauffenberg recibiendo las balas destinadas a su jefe. Las últimas palabras gritadas por Stauffenberg segundos antes de morir como tercero fueron: Larga vida para la Sagrada Alemania (Es Lebe die heiliges Deustchland!). Mertz von Quirnheim murió en último lugar.
Consecuencias
Himmler llegó algunas horas más tarde y, al dar cuenta Fromm de lo acontecido, le respondió exponiéndole lo (sospechosamente) apurado que estaba por ejecutarlos. Esto lo implicaría.
Por instrucciones de Fromm, Stauffenberg y los demás fusilados fueron enterrados honorablemente con todas sus medallas poco tiempo después del fusilamento en un cementerio cercano. Pero Hitler, sediento de venganza, descubrió más tarde la implicación de Fromm y le hizo ejecutar en abril de 1945. También hizo desenterrar los cadáveres de Stauffenberg y los conspiradores quitándoles las medallas y haciéndoles incinerar. Se registró Bendlerstrasse y en una caja de seguridad de Fromm se encontró una lista de los conspiradores, con los papeles que asumirían en el gobierno provisional. La cacería de culpables empezó esa misma noche. El destino de éstos iba a ser terrible.
Los otros implicados, como Berthold Graf Schenk von Stauffenberg, figura central del complot, fueron sentenciados por un tribunal especial llamado "Tribunal del Pueblo" (Volksgerichtshof) a cargo del juez Freisler y ejecutados en la Prisión de Plötzensee por estrangulamiento lento con cuerdas de piano; junto con Berthold von Stauffenberg fueron ejecutados otros ocho implicados; además se detuvo al General von Kluge, a Albrecht Haushofer, al Almirante Canaris y a otros militares de relevancia. Los ahorcamientos fueron filmados y fotografiados para ser presentados a Hitler. (Hitler se negó a ver el film, este aún existe y está considerado como inaceptable para ser divulgado por los horrores que allí se exhiben).
Su antiguo superior en Africa, el Mariscal de campo Rommel, quien sabía del complot pero no participó, fue inducido al suicidio. En las dos semanas siguientes del 20 de Julio de 1944 murieron unas 200 personas directamente implicadas. Más de 5.648 personas fueron ejecutadas los meses siguientes por las SS. En un listado encontrada en la caja de seguridad del General Fromm en su oficina de la calle Bendlerstrasse, se encontró el nombre de Speer, con la indicación en manuscrito al lado de su nombre de: "¿Si fuese posible?" Esta simple anotación salvó a Speer.
De todos los intentos de atentados contra Hitler, el del 20 de Julio de 1944 es el que estuvo más cerca de lograr su objetivo.
Pero no solamente la familia de Claus von Stauffenberg, su esposa y sus hijos, sino todos los miembros del clan Stauffenberg, unas cincuenta personas fueron arrestados por las SS y metidos en diferentes cárceles y campos de concentración. Ordenada su ejecución sumaria, sin embargo, estando al final del sitio de Berlín en mayo de 1945, los SS no ejecutaron la orden y algunos de los Stauffenberg se entregaron a un comando británico en el Norte de Italia.
Claus von Stauffenberg estaba casado desde 1933 con la Baronessa Nina (Freiin) von Lerchenfeld. Tenían cinco hijos: Berthold, Heimeran, Franz-Ludwig, Valerie y Konstanze.
El mayor de ellos, Berthold, llegó a mayor general en 1994, después de 38 años de servicio en la Bundeswehr alemán. Berthold von Stauffenberg declaró en 2007, respecto de su padre:
-"Tenía 10 años cuando perdí a mi padre, por tanto lo conocí muy poco. Mi madre estaba encinta de su quinto hijo al momento de ser detenida por la Gestapo. Ella admiraba mucho a mi padre..."[2]
Berthold von Stauffenberg
-"Fui a dar a un orfanato, hasta junio de 1945 y entonces me reencontré con mi madre en la cárcel de Ravensbruck."[3]
Berthold von Stauffenberg
-"Mi padre hizo algo muy valiente y positivo...porque no todos los alemanes eran nazis".[4]
Berthold von Stauffenberg
Inicialmente, es decir después de la segunda guerra mundial y en consonancia con la propaganda nazi la acción de Claus von Stauffenberg fue considerada un acto de traición por la mayoría de la población alemana, pero con el correr del tiempo y el intento de atentado colocado en su contexto en la historia, se le ha dado categoría de héroe en la lucha por la liberación del criminal régimen nazi, llevando actualmente su apellido la antigua calle "Bendler" de Berlín.
Gracias a wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Claus_von_Stauffenberg
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