El final que queria Gonzalo...

Cuando guardaba silencio, las más de las veces, podía oír caminar a los topillos sobre la tapa de su ataúd, afanosos en excavar nuevas galerías y suponía Gabriel, curiosos ante ese OENI* que obligatoriamente provocaría algunas circunvalaciones en sus galerías. Sin embargo, cuando rascaba el techo, les oía marchar apresurados, tal vez no lo suficiente si supieran que en cualquier momento un muerto podía emerger de su tumba, e intentar comerles el cerebro**.
Gabriel se organizaba como podía, teniendo en cuenta las dificultades que le provocaba vivir en la más absoluta oscuridad y carecer de cualquier medida de tiempo: cuando notaba suficiente fuerza en alguna de sus manos agarraba con fuerza su alfiler de corbata y continuaba rascando con vehemencia el tablero superior, debido a la dureza y vigor de la misma y que suponía fabricada de alguna madera noble. Apenas algunos arañazos desesperados rasgaban los lados de un rectángulo, no perfecto, pero si al menos bien definido, que se hincaba en la piel de su sarcófago. Por los lados de dicho rectángulo, reptaba, rascaba, limaba, raspaba, debilitaba, arañaba y escarbaba el alfiler de corbata que alguien, tal vez su hija o tal vez Kyle, el más valiente de sus nietos, le había colocado en la corbata.






*Debéis perdonar a Gabriel por esta tétrica ocurrencia, ya que, auque es encomiable mantener el sentido del humor cuando alguien se encuentra enterrado vivo, llamar OENI (Objeto Enterrado No Identificado)a su sarcófago es tan sólo, y siendo generosos, un mal chiste.

**Nueva licencia, esta vez cinematográfica de Gabriel, comparando su situación con la de los zombis, creaciones ficticias de éxito en los años 60 y 70, que figuraban la conversión en monstruos a los muertos despertados de sus tumbas. En la mayoría de los filmes, se nutrían de cerebros de personas o animales vivos.





Sin embargo Gabriel notaba que esa situación, absurda y angustiosa a partes iguales le hacia sentir un vacío en el estomago... pero ¡Cielos! Si no tiene estomago, ni tripas, ni corazón ¡Este tío esta embalsamado!

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