el borrador de recuerdos

Es mi primera vez. La primera vez que decido borrar un recuerdo. Sentado en una sala de espera releo una revista de automóviles. Es el año 2037, pero los coches aun no vuelan.

La sala de espera pertenece al afamado neurólogo Joaquín Medrano, (mi padre) introductor de las técnicas de borrado de memoria en la medicina privada y poseedor en exclusiva, de la única máquina de la ciudad no controlada por el gobierno. Como receso histórico, y antes de entrar en la consulta, os voy a contar la breve pero intensa historia de la creación de este ingenio, que esta cambiando -dicen algunos- el mundo:

En el año 2026 científicos de una universidad americana, creo que fue Columbia, descubrieron el funcionamiento de la región del cerebro encargada de almacenar los recuerdos, delimitándola a un diminuto sector del lado izquierdo del cerebro, del tamaño de una bellota. Al principio, este descubrimiento no pareció tan relevante, pues ya se conocía el área aproximada donde el cerebro trabajaba con los recuerdos, al igual que ya se conocía la zona del cerebro encargada de soportar el aparato locomotor, o el pequeño lugar que determinaba nuestros movimientos inconscientes como el latido del corazón o la respiración, en fin, el aparato simpático o parasimpático, no sé como se dice. Lo novedoso y brutal de este descubrimiento residía en que realmente se había acotado con precisión nanometrica que parte del cerebro era la encargada de almacenar nuestros recuerdos y cuales no. Con este estudio se sabia que neurona poseía recuerdo y cual se encargaba de cualquier otra cosa. El autentico bombazo vino tan sólo dos años después: Científicos de la misma universidad (Sigo sin estar seguro de si fue Columbia), en su trabajo, consiguieron que la zona de los recuerdos funcionase de forma independiente al resto del cerebro: Supongo que mi memoria fotografica guarda con nitidez imagenes de pequeños trocitos de cerebro flotando en probetas y conectados a campos magnéticos en las gacetas semanales, en esas secciones de ciencias que nadie se detenía a leer. Los primeros experimentos con éxito fueron los relacionados con la supresión de recuerdos, mucho mas sencillos que los de transporte o creación.

En 2031 el gobierno aprobó la utilización de esta técnica en humanos, siempre con fines éticos y bajo orden judicial. La primera persona que borró parte de su memoria (de forma oficial, por supuesto) fue una chica americana, creo que se llamaba Tiffany o Jenny, Britney o algo así, a la que borraron todos los recuerdos relacionados con su padre, que había abusado de ella desde los 10 años hasta la mayoría de edad. La siguiente persona fue un chico que vio como un psicópata asesinaba a toda su familia mientras él se hacia el muerto, vamos: que os podéis imaginar la peor desgracia del mundo y siempre aparecía una peor. Siempre.

En España la primera también fue una victima de violación. Los siguientes casos en los que se eliminaron recuerdos fueron goteando semana tras semana por las portadas de los periódicos, hasta que llegaron a dejar de interesar.

Aunque en un principio estas técnicas tan sólo tuvieron un uso medico para borrar los recuerdos mas truculentos de violaciones y asesinatos en las victimas, en el año 2033 se borró, por primera vez, los recuerdos de un verdugo, de un maltratador. Este hombre, un Ingles de cuaretaypico años, había intentado asesinar dos veces a su ex mujer, y ante la fijación que sentía hacia ella, el juez dictaminó que le borrasen todos los recuerdos que tuviese de ella y de su vida en común. Se trataba de que olvidase los últimos trece años de su vida continuando una especie de camino interrumpido y sin volver a molestar a su ex esposa y a su famailia: Funcionó.

Tras el éxito de este caso, estas terapias dejaron de ser únicamente para victimas, sino que pasaron a formar parte del tratamiento hacia los verdugos. Eso si, jamás le ha sido impuesta a nadie la supresión de un recuerdo, ni al más detestable de los hombres ni al portador de los más peligrosos secretos. La supresión de recuerdos ha sido y es algo voluntario.

Desde 2036 el tema se ha liberalizado. Existe una ley mundial que permite borrar hasta el 40% de los recuerdos. Aunque la tecnología no esta al alcance de todos los bolsillos hay extensas colas de espera para poder borrar cualquier evocación pasada. Se suprimen en la actualidad cualquier tipo de recuerdos, desde los más penosos hasta auténticos caprichos, como olvidar las letras de una música pasada de moda o un viaje al caribe con mal tiempo. Sin embargo, aunque snobs hay en todas partes, la mayoría de los casos, aunque no tan dramáticos como los primeros de la historia están trufados de historias tristes de abortos o bebes fallecidos por muerte prematura, abusos, depresiones, traumas que impiden volar o caminar a solas por la oscuridad, y por supuesto grandes tramos de la vida como la adolescencia, o los duros años que cuesta preparar una oposición.

Hay gente que viene a borrar el recuerdo de la mejor parte de su vida.

Hay gente que viene a borrar el recuerdo de un amor esperando reconstruir su corazón.

Por eso último estoy sentado aquí.

A eso he venido yo.

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