Cuando me lo trajo apenas podía creerlo "como ha sido capaz" pensé. Mis compañeros de partida se aturdieron tanto como yo, uno de ellos tuvo que salir fuera, a pesar de la tormenta a tomar el aire, y los que se quedaron, palidecieron hasta quedar transparentes.
Yo tan sólo alcance a cojer la lata y agarrarla con ambas manos, no se fuera a caer.

- Te lo traigo porque quiero que lo tengas tú, no es un regalo: es una prueba. Te lo digo por si alguna vez te pido que me lo devuelvas lo hagas por favor. Te quiero.

- Por supuesto.

No me dio tiempo a más, ni a darle un beso. Supongo que tenia que llegar a un hospital antes de desangrarse. Mis compañeros de partida, evaporados, igualaron la apuesta con grandes esfuerzos.

"Un corazón enlatado"

No hay comentarios: