cortina bonita

Esa obsesión tuya por las cortinas no es buena chaval. Cada noche, cuando vas borracho, no puedes reprimirte, y acabas robando unas cuantas antes de marcharte a casa, para almacenarlas en tu armario. Para dormir con ellas. Te encantan todos los tipos: esas de canutos de goma, que parecen regalices abrazados cuando estan recogidas y que con los años se cuartean hacia el exterior por la acción del sol, pero manteniendose frescas hacia la parte de la puerta. Hacia la parte de la puerta.

Tambien esas de tela, manufacturadas por la mujer de la casa, o por la madre, de telas estampadas o lineales, que te hacen desear haber nacido en Mejico para poder vestirlas. O esas de bolas de madera, o las de piezas de metal, que podrian ser collares.

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