Era un sueño currado, de esos que te gustaría poder grabar. Un plano casi cenital mostraba un mar negro y duro que trataba de mover sin éxito una veintena de barcos pirata que flotaban sin esfuerzo, como acostumbrados a la tormenta.
En uno de ellos estaba yo, más alto, más fuerte, observando una boda. De algún lugar surgías tú, decidida a besarme, no sé por qué.
Hoy estoy feliz por no haberme despertado antes de tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario