Han

- ¿Esta?
- Yo creo que si.
- Es un poco pequeña, ¿No?
- Hombre pero estas cosas se pueden agrandar si se quiere
- ¿Y no prefieres esta que sales más joven?
- Que no, que quiero esta.
- Pues vale, yo ya tengo la mía, las voy a guardar en un sobre en este cajón. Entérate bien por si tienes que venir tú a buscarlas…
- ¡Ay, chica!
- No seas tonto y acuérdate.

Francisco y Maria Cecilia han pasado gran parte de la tarde rebuscando en sus viejos álbumes de fotos. Han visto fotos de sus padres y abuelos, de sus hermanos y de primos cercanos. Todos ellos ya han muerto. Han recordado las mismas historias de siempre y se las han vuelto a contar. Han examinado las fotos de los nietos, de los hijos y de los sobrinos, y sin comentarlo, han pensado en su futuro, en lo que les deparará la vida. Han visto fotos suyas, se han recordado a si mismos en fotos de hace más de setenta años. Han separado unas cuantas fotos y al final, entre los dos, han elegido una de cada uno.

Ahora ya saben que foto habrá en su lápida cuando mueran.